Vacío

Buscaría por ti lo inalcanzable, recorreria por ti cordilleras desde sus picos más alto, atravesaría volcanes de lava incandescentes y me sumergería en océanos gélidos, solo por ti, por buscarte... pero no te encontraría, lucharia batallas cuerpo a cuerpo contra los Hunos, aún sabiendo que perdería lo intentaría, pero no te encontraría... te he perdido, entre arbusto te busco, entre riachuelo, pero te me escapas, te me escapas como anguilas gelatinosas, como peces plateados que huyen de las redes.
Te sueño. Te recuerdo. Te pienso cada día. Y duele.

De cabeza a la realidad

Cierto día, hablando con Eloísa, llegué a ser consciente de un hecho del que no había sido consciente antes: la realidad. La realidad es sí misma no existe, existen tantas realidades como personas existen en el mundo, y del mundo... "no hay nada más subjetivo que la percepción del mundo" como bien dice Zoé. Cada uno somos conscientes de nuestra realidad, única y exclusiva, pues es en ella en la vivimos, en la que desarrollamos nuestros sueños, nuestros triunfos, nuestras frustraciones, nuestros retos, y encajamos cada concepto, cada estímulo, cada ser, de forma única como si fuese una pequeña pieza del gran puzle que forma nuestra verdad. De todo esto, de todas estas cosas, de lo único que jamás seremos conscientes es de nuestra propia existencia, de cómo somos en realidad y yo personalmente pienso que somos tan plurales, tan reales, como personas puedan ser capaz de vernos, tan solo vernos, sin un mínimo estímulo, sin juicio.

Noche de Sábado

Sábado noche, ningún plan, ninguna cita, nadie que me acompañe de la mano, solo el cálido ronroneo del pequeño calefactor de Eloísa. Paz, tranquilidad, silencio y un armónico susurro que despide el televisor de Flor, jamás pudiera haber imaginado encontrar un estado tal de relajación propio de un retiro espiritual, que se pare el tiempo, que todo se vuelva estático. Hace muchos muchos años, cuando tenía trece años, mis padres y yo fuimos a un gran centro comercial, de compras obviamente, hacía a penas un par de meses que me operaron de los pies y lucía una totémicas escayolas que cubrían toda la pierna, el cansancio y la indecisión de mis padres por comprar qué televisor me hicieron sucumbir a la fatiga y caí desplomado al suelo, fue entonces mi primera experiencia con la falta de consciencia, un estado de despreocupación y tranquilidad tal que lejos de parecer una situación traumática llego a ser toda una experiencia espiritual digna de los más místicos practicantes.
Éste es mi sábado.

Dia de reyes

Hace ya bastantes años que perdí la ilusión de festejar un día como el de hoy, de niño recuerdo que no podía dormir la noche antes ambriagado por la excitación que me provocaba todo aquel revuelo de regalos, pajes, "reyes" y demás factores que creaba esa ilusión, con los años, pasé de la ilusión propia a la agena, me moría de ganas por ver la cara de mis hermanos la mañana del 6 de enero, mis padres nunca han volcado mucho entusiasmo en todo esto por eso creo que yo lo tomaba como mío ese deber, mis padres se acostaban mientras yo imaginaba desde los ojos de mis hermanos como me hubiera gustado haber encontrado ese pequeño salón de la casa familiar, lleno de globos y caramelos de todos los colores que captaban más el interés y la atencióm que los propios regalos, poco a poco, con los años y la pérdida de la inocencia, este dia tan especial y lleno de magia ha quedado siendo una hoja arrastrada que se deja llevar por el flujo de la sociedad en la que vivo, ha pasado a ser un día más en el calendario señalado con un rojo añil, toda una pena por que en la edad en la que aún mojaba las sábanas no recordaba día más feliz en mi vida.